Los padres de Ricardo amenazan con divorciarse. Con el apoyo de sus amigos, intenta remediar el problema por su cuenta, pero sus esfuerzos no consiguen solucionarlo por completo.
Ricardo presume su nueva motoneta con Ernestillo, quien hace sendos comentarios sobre lo afortunado que es, considerándolo el más feliz de los cuatro, por tener tantos bienes materiales, una enorme casa y ambos padres juntos. Pero Ricardo no piensa eso, objetando que sus padres casi siempre están fuera de casa y se siente muy solo, envidiando la unión que tienen ellos con los suyos. Dejando eso de lado, se reúnen con los demás, y al rato todos andan divirtiéndose sobre la motoneta con Ricardo.
Cambia la escena para enfocar a Mercedes, que últimamente va resintiendo el abandono a sus deberes de madre y esposa por concentrarse en sus reuniones sociales. Tras escuchar un comentario mordaz por parte de una de sus amigas sobre procurar no descuidar a su esposo, opta por volver a casa temprano y descubrir por parte de la sirvienta, que Rogelio no ha regresado, imaginando que trabaja hasta tarde, pero no puede evitar que la inquietud la envuelva. Y la verdad es que Rogelio la engaña, saliendo con su secretaria, Olivia. Ella finge sentirse arrepentida por andar con un hombre casado, pero Rogelio excusa que su mujer lo ha desatendido, justificando que lo pasó entre ellos es algo muy natural. Al volver Ricardo a casa y encontrar a su madre, ella se muestra alarmada ante la adquisición de ese vehiculo sin haber pedido permiso, mas el chico alega que ninguno de sus padres estuvo en casa para ello. Eso le hace comprender cuanto lo ha abandonado y promete que no perderá más tiempo con sus visitas sociales, lo que pone a Ricardo muy contento. Pasa el tiempo con él hasta que se va a dormir y al llegar Rogelio, en la madrugada, le expone su decisión de dejar sus compromisos sociales, a los que éste siempre se oponía, pero ahora parece desconcertado de que los deje de pronto.
Pasan los días, y aunque Mercedes cumple su palabra, va percatándose de la ausencia prolongada y llegadas tardías de Rogelio, que ya ni se para en la casa a la hora de comer. Ricardo percibe la tristeza que la embarga, pero Mercedes la disimula. Rogelio sigue su idilio con Olivia, anunciándole su decisión de casarse con ella y divorciarse de su esposa, trayendo al niño a vivir con ellos. Olivia en realidad solo aspira al matrimonio por el atractivo de su posición y el dinero, fingiendo sentirse culpable por lo que ha desencadenado por amar desenfrenadamente a un hombre casado. Ricardo intenta sacarle a Felisa, la sirvienta, el porque de la acongoja de su madre, pero ésta no llega a decirle nada.
Eufrosina revela a Memín que aun no ha podido usar la lavadora, más por miedo y falta de experiencia que nada. Él comenta sobre la motoneta de su amigo, que según costaba menos que la maquina y su deseo de tener una. Al ponerse a dormitar, activa su imaginación inquieta, en donde contempla como seria sí cambiara la lavadora por una motoneta. En el sueño, convence a Eufrosina de montar el aparato, pero no consigue dominarlo y acabada sufriendo una caída estrepitosa al no saber por cual lado se frena. Se recupera rápido y procede a darle una tunda a Memín con la tabla por ponerla en ese predicamento, y es entonces cuando éste despierta y vuelve a la realidad (la imaginación de Memín fue muy precisa y exacta esta vez). Ricardo y Mercedes pasan el tiempo de nuevo, resintiendo la ausencia de Rogelio. A la hora de cenar, nuevamente le pregunta a su madre que le aflige, pero ella no quiere ponerle al tanto de su presentimiento. Horas después de que lo manda a dormir, espera a que llegue Rogelio, poniéndolo al tanto de que se ha enterado de que la engaña con otra mujer (no se ve en que momento lo descubrió). Éste no hace ningún intento de disimularlo, admitiéndolo abiertamente, reprochándole su abandono que lo orilló a ello. Ella le pide perdón, pero él alega que es demasiado tarde y que ama a la otra mujer, exigiéndole el divorcio y su decisión de llevarse a su hijo, a lo que ella se opone rotundamente. Ricardo se despierta al oírlos discutir, bajando con discreción a tiempo para escuchar la palabra que destruye a las familias (divorcio), investigándola en el diccionario poco después. La pesadumbre lo envuelve y no consigue conciliar el sueño. A la mañana siguiente, Ricardo va a saludar a su padre en su cuarto, antes de ir a la escuela. Le lanza indirectas sobre como es feliz por tenerlos a ambos a su lado y que no admitiría que se separaran, mientras Rogelio intenta convencerlo en vano de pasar un tiempo en el extranjero en lo que se concreta lo del divorcio. Después va con Mercedes, que también intenta convencerlo de irse fuera un tiempo, como una forma de comprobar si él no querría separarse de ella, y su negativa es un punto a su favor. Ricardo se reúne con sus amigos, muy triste, y les comparte el pesar que siente ante la disolución inminente de su familia. Les cuenta la situación, llorando, y ellos se congracian con él, por haber sufrido cosas similares (menos Memín, quien únicamente los imita ya que no conoció a su padre lo suficiente para sentir su perdida). Después del amargo momento, atienden la sugerencia de Memín de distraerse, montando en la motoneta de Ricardo (¿asi nada más?).
En el despacho de su padre, Olivia charla con su amiga Rosita, presumiendo el anillo que Rogelio le regaló. Ésta le echa indirectas de que es una interesada y que está destruyendo una familia por su intervención, pero la mujer se muestra cínica. Aun así, cuando más tarde se encuentra comiendo con Rogelio, comenta sobre lo que dijo Rosita, enfocando la parte de que está lastimando a su familia, pero él le reitera que su relación con Mercedes ya no significa nada y que tiene suficiente dinero para pagar abogados que dejarán a Ricardo bajo su custodia.
Después de clases, Ricardo habla con sus amigos sobre como amerita la ausencia de su padre al tiempo que invierte con la otra mujer. Carlangas propone que hagan algo al respecto, siguiéndolo para verificar esa posibilidad (¿Qué caso tiene si está clarísimo?). Se dirigen a su lugar de trabajo, esperando verlo salir sin que los vea. Memín pregunta por el color del coche de su padre, y siguiendo su propia iniciativa, le poncha los neumáticos. Al ver salir a su padre con aquella mujer, sus amigos detienen a Ricardo y Memín les avisa sobre su vandálica maniobra que les impedirá ir a donde quieren. Por desgracia, se equivocó de coche, y el del señor Arcaraz muy pronto arranca, dejándolos a los cuatro desconcertados. Ricardo no puede más y se decide a esperar a su padre e informarle que sabe todo, pero Carlangas y Ernestillo le sugieran que no se precipite y que mejor hable con la amante a solas. Así, Ricardo entra al despacho y se las ve con Rosita, quien se esmera por cubrir lo que el diplomático y la secretaria hacen. El chico acaba confesando que está bien enterado y llora frente a ella, conmoviéndola y animándola a arriesgar su empleo para que le de una mano. Accede a ayudarlo soplandole a que hora puede encontrarla en su casa para tener una oportunidad de confrontarla y Ricardo le da las gracias. Le cuenta a sus amigos cómo estuvo la cosa y los invita a su casa a comer, esperando que ayuden a distraer un poco a su madre. Mercedes los recibe amablemente y pasan un buen momento durante la comida, aunque Memín mete la pata al comentar sobre los neumáticos que ponchó, pero logran callarlo antes de que mencione algo comprometedor. Al retirarse, le reprochan a Memín por andar siempre de hablantín y le hacen considerar como son los desacuerdos matrimoniales. Al llegar a casa, encuentra a su madre batallando con lavadora, la cual no consigue manipular y le ha hecho perder el tiempo, derramando agua vanamente. Sintiendo curiosidad, cuestiona a Eufrosina sobre como era la relación con su padre, y ella habla muy bien de él, aunque no da muchos detalles (nunca dan suficientes, la verdad).
En la escuela, deciden no decirle nada al profesor Romero, ya que es una cuestión familiar y no necesitan involucrarlo. Él se percata de que algo le ocultan, pero respeta su decisión de no compartirlo ya que sólo recurren a él cuando se trata de algo grave. Ricardo llama a la hora acordada y Rosita le confirma que Olivia está en casa y que debe apresurarse porque no podrá encontrarla sola después. Sus amigos lo acompañan y consideran el problema que implica el hecho de que no les permiten salir hasta que de la hora de la salida. Memín se encarga de eso, distrayendo al viejo portero, Melquíades, al hacerlo examinar los agujeros en sus zapatos mientras sus amigos se cuelan por el portón abierto. Después, lo convence de que lo deje salir a comprarse una golosina y con su simpatía lo consigue, no tardando en ir a reunirse con ellos. Viéndose libres y comprendiendo que la dirección está algo lejos y no disponen de dinero para un taxi, se ven obligados a tomar “prestada” una bicicleta de lechero que se encontraba estacionada en la calle. Cubren suficiente distancia al montarse los cuatro en el vehiculo, pero el dueño sale en su persecución, así como la policía. En su precipitada carrera, acaban estrellándose contra un poste, que deja en muy mal estado la bicicleta y a ellos a merced de los agentes del orden. Le exigen a Ricardo que los abandone, para poder cumplir su cometido. Él promete volver después a pagar la bicicleta y liberarlos. Los tres se quedan, admitiendo haber tomado la bicicleta, mas no robarla y a prudente distancia, Ricardo observa como son aprendidos. Empieza a vacilar sobre su misión, pero al recordar la pena de su madre, se decide y es recibido por la criada, exigiendo ver a su patrona (¿una secretaria con sirvienta? como no se la esté pagando su amante, se diria que antes este trabajo dejaba mucha lana). Ésta lo anuncia con malicioso deleite, perturbando a Olivia, quien no se lo esperaba. Baja a atenderlo, y Ricardo le dice saber que está al tanto de las relaciones ilícitas que sostiene con su padre. Ella replica que son cosas de adultos que él no podría entender, a lo que Ricardo responde poniéndose en la posición de su madre, quien sufre lo indecible ante el desprecio de su padre, después de haber abandonado las distracciones que antes la mantenían ocupada. Ricardo se pone a llorar, y conmueve el corazón de la mujer, haciéndole comprender su error al haberse involucrado con alguien no debía y destruir a su familia por su egoísmo. Le consuela diciendo que confíe en ella y todo se solucionará. Ricardo se retira, agradecido y ella encarga a su criada darle excusas a Rogelio cuando la llama por teléfono. Ricardo vuelve a casa, olvidándose de sus amigos, que estarán detenidos y sometidos al hambre por rehusarse a dar sus nombres. Esto lo hacen para no preocupar a sus familias, confiando en que Ricardo los sacará, pero pasan las horas y van perdiendo las esperanzas.
El señor Arcaraz llega a la casa de su amante, exigiendo una explicación del porque ha estado evitando sus llamadas. Ella le indica que todo ha terminado entre ellos, sin dar explicaciones y que regresará a su tierra natal, pero al ver la gorra que Ricardo dejó olvidada en la mesa de noche, Rogelio ata cabos. No le queda de otra más que aceptar la decisión de ella, y se despiden. Ricardo actúa natural frente a Mercedes durante la comida, cuando de pronto se acuerda de sus amigos. Empleando dinero que tenia ahorrado, saca lo suficiente como para pagar su fianza y la bicicleta arruinada. Los regresa a sus casas en la motoneta y al volver a la suya, descubre que su padre está esperándolo, visiblemente furioso. Lo pasa a su cuarto para hablarle a solas, y ahí le echa en cara por lo que ha estado haciendo al entrometerse en sus cosas personales, desafiando su autoridad como padre. Ricardo justifica que hizo lo que creyó que debía hacer, mas Rogelio no escucha razones e insiste en que se divorciará de todos modos y que él vendrá a vivir a su lado, le guste o no. Cuando éste se ha retirado, al poco rato lo escucha discutir con Mercedes, quien también insiste en que aunque le de el divorcio, no permitirá que le arrebate a su hijo. La situación es más de lo que Ricardo puede soportar, considerando que sus padres solo piensan en su propio orgullo y a él lo han reducido a un objeto. No viendo otra opción, toma una decisión determinante.
Pero en que consistirá la misma, se sabrá en la próxima ocasión.
Ricardo presume su nueva motoneta con Ernestillo, quien hace sendos comentarios sobre lo afortunado que es, considerándolo el más feliz de los cuatro, por tener tantos bienes materiales, una enorme casa y ambos padres juntos. Pero Ricardo no piensa eso, objetando que sus padres casi siempre están fuera de casa y se siente muy solo, envidiando la unión que tienen ellos con los suyos. Dejando eso de lado, se reúnen con los demás, y al rato todos andan divirtiéndose sobre la motoneta con Ricardo.
Cambia la escena para enfocar a Mercedes, que últimamente va resintiendo el abandono a sus deberes de madre y esposa por concentrarse en sus reuniones sociales. Tras escuchar un comentario mordaz por parte de una de sus amigas sobre procurar no descuidar a su esposo, opta por volver a casa temprano y descubrir por parte de la sirvienta, que Rogelio no ha regresado, imaginando que trabaja hasta tarde, pero no puede evitar que la inquietud la envuelva. Y la verdad es que Rogelio la engaña, saliendo con su secretaria, Olivia. Ella finge sentirse arrepentida por andar con un hombre casado, pero Rogelio excusa que su mujer lo ha desatendido, justificando que lo pasó entre ellos es algo muy natural. Al volver Ricardo a casa y encontrar a su madre, ella se muestra alarmada ante la adquisición de ese vehiculo sin haber pedido permiso, mas el chico alega que ninguno de sus padres estuvo en casa para ello. Eso le hace comprender cuanto lo ha abandonado y promete que no perderá más tiempo con sus visitas sociales, lo que pone a Ricardo muy contento. Pasa el tiempo con él hasta que se va a dormir y al llegar Rogelio, en la madrugada, le expone su decisión de dejar sus compromisos sociales, a los que éste siempre se oponía, pero ahora parece desconcertado de que los deje de pronto.
Pasan los días, y aunque Mercedes cumple su palabra, va percatándose de la ausencia prolongada y llegadas tardías de Rogelio, que ya ni se para en la casa a la hora de comer. Ricardo percibe la tristeza que la embarga, pero Mercedes la disimula. Rogelio sigue su idilio con Olivia, anunciándole su decisión de casarse con ella y divorciarse de su esposa, trayendo al niño a vivir con ellos. Olivia en realidad solo aspira al matrimonio por el atractivo de su posición y el dinero, fingiendo sentirse culpable por lo que ha desencadenado por amar desenfrenadamente a un hombre casado. Ricardo intenta sacarle a Felisa, la sirvienta, el porque de la acongoja de su madre, pero ésta no llega a decirle nada.
Eufrosina revela a Memín que aun no ha podido usar la lavadora, más por miedo y falta de experiencia que nada. Él comenta sobre la motoneta de su amigo, que según costaba menos que la maquina y su deseo de tener una. Al ponerse a dormitar, activa su imaginación inquieta, en donde contempla como seria sí cambiara la lavadora por una motoneta. En el sueño, convence a Eufrosina de montar el aparato, pero no consigue dominarlo y acabada sufriendo una caída estrepitosa al no saber por cual lado se frena. Se recupera rápido y procede a darle una tunda a Memín con la tabla por ponerla en ese predicamento, y es entonces cuando éste despierta y vuelve a la realidad (la imaginación de Memín fue muy precisa y exacta esta vez). Ricardo y Mercedes pasan el tiempo de nuevo, resintiendo la ausencia de Rogelio. A la hora de cenar, nuevamente le pregunta a su madre que le aflige, pero ella no quiere ponerle al tanto de su presentimiento. Horas después de que lo manda a dormir, espera a que llegue Rogelio, poniéndolo al tanto de que se ha enterado de que la engaña con otra mujer (no se ve en que momento lo descubrió). Éste no hace ningún intento de disimularlo, admitiéndolo abiertamente, reprochándole su abandono que lo orilló a ello. Ella le pide perdón, pero él alega que es demasiado tarde y que ama a la otra mujer, exigiéndole el divorcio y su decisión de llevarse a su hijo, a lo que ella se opone rotundamente. Ricardo se despierta al oírlos discutir, bajando con discreción a tiempo para escuchar la palabra que destruye a las familias (divorcio), investigándola en el diccionario poco después. La pesadumbre lo envuelve y no consigue conciliar el sueño. A la mañana siguiente, Ricardo va a saludar a su padre en su cuarto, antes de ir a la escuela. Le lanza indirectas sobre como es feliz por tenerlos a ambos a su lado y que no admitiría que se separaran, mientras Rogelio intenta convencerlo en vano de pasar un tiempo en el extranjero en lo que se concreta lo del divorcio. Después va con Mercedes, que también intenta convencerlo de irse fuera un tiempo, como una forma de comprobar si él no querría separarse de ella, y su negativa es un punto a su favor. Ricardo se reúne con sus amigos, muy triste, y les comparte el pesar que siente ante la disolución inminente de su familia. Les cuenta la situación, llorando, y ellos se congracian con él, por haber sufrido cosas similares (menos Memín, quien únicamente los imita ya que no conoció a su padre lo suficiente para sentir su perdida). Después del amargo momento, atienden la sugerencia de Memín de distraerse, montando en la motoneta de Ricardo (¿asi nada más?).
En el despacho de su padre, Olivia charla con su amiga Rosita, presumiendo el anillo que Rogelio le regaló. Ésta le echa indirectas de que es una interesada y que está destruyendo una familia por su intervención, pero la mujer se muestra cínica. Aun así, cuando más tarde se encuentra comiendo con Rogelio, comenta sobre lo que dijo Rosita, enfocando la parte de que está lastimando a su familia, pero él le reitera que su relación con Mercedes ya no significa nada y que tiene suficiente dinero para pagar abogados que dejarán a Ricardo bajo su custodia.
Después de clases, Ricardo habla con sus amigos sobre como amerita la ausencia de su padre al tiempo que invierte con la otra mujer. Carlangas propone que hagan algo al respecto, siguiéndolo para verificar esa posibilidad (¿Qué caso tiene si está clarísimo?). Se dirigen a su lugar de trabajo, esperando verlo salir sin que los vea. Memín pregunta por el color del coche de su padre, y siguiendo su propia iniciativa, le poncha los neumáticos. Al ver salir a su padre con aquella mujer, sus amigos detienen a Ricardo y Memín les avisa sobre su vandálica maniobra que les impedirá ir a donde quieren. Por desgracia, se equivocó de coche, y el del señor Arcaraz muy pronto arranca, dejándolos a los cuatro desconcertados. Ricardo no puede más y se decide a esperar a su padre e informarle que sabe todo, pero Carlangas y Ernestillo le sugieran que no se precipite y que mejor hable con la amante a solas. Así, Ricardo entra al despacho y se las ve con Rosita, quien se esmera por cubrir lo que el diplomático y la secretaria hacen. El chico acaba confesando que está bien enterado y llora frente a ella, conmoviéndola y animándola a arriesgar su empleo para que le de una mano. Accede a ayudarlo soplandole a que hora puede encontrarla en su casa para tener una oportunidad de confrontarla y Ricardo le da las gracias. Le cuenta a sus amigos cómo estuvo la cosa y los invita a su casa a comer, esperando que ayuden a distraer un poco a su madre. Mercedes los recibe amablemente y pasan un buen momento durante la comida, aunque Memín mete la pata al comentar sobre los neumáticos que ponchó, pero logran callarlo antes de que mencione algo comprometedor. Al retirarse, le reprochan a Memín por andar siempre de hablantín y le hacen considerar como son los desacuerdos matrimoniales. Al llegar a casa, encuentra a su madre batallando con lavadora, la cual no consigue manipular y le ha hecho perder el tiempo, derramando agua vanamente. Sintiendo curiosidad, cuestiona a Eufrosina sobre como era la relación con su padre, y ella habla muy bien de él, aunque no da muchos detalles (nunca dan suficientes, la verdad).
En la escuela, deciden no decirle nada al profesor Romero, ya que es una cuestión familiar y no necesitan involucrarlo. Él se percata de que algo le ocultan, pero respeta su decisión de no compartirlo ya que sólo recurren a él cuando se trata de algo grave. Ricardo llama a la hora acordada y Rosita le confirma que Olivia está en casa y que debe apresurarse porque no podrá encontrarla sola después. Sus amigos lo acompañan y consideran el problema que implica el hecho de que no les permiten salir hasta que de la hora de la salida. Memín se encarga de eso, distrayendo al viejo portero, Melquíades, al hacerlo examinar los agujeros en sus zapatos mientras sus amigos se cuelan por el portón abierto. Después, lo convence de que lo deje salir a comprarse una golosina y con su simpatía lo consigue, no tardando en ir a reunirse con ellos. Viéndose libres y comprendiendo que la dirección está algo lejos y no disponen de dinero para un taxi, se ven obligados a tomar “prestada” una bicicleta de lechero que se encontraba estacionada en la calle. Cubren suficiente distancia al montarse los cuatro en el vehiculo, pero el dueño sale en su persecución, así como la policía. En su precipitada carrera, acaban estrellándose contra un poste, que deja en muy mal estado la bicicleta y a ellos a merced de los agentes del orden. Le exigen a Ricardo que los abandone, para poder cumplir su cometido. Él promete volver después a pagar la bicicleta y liberarlos. Los tres se quedan, admitiendo haber tomado la bicicleta, mas no robarla y a prudente distancia, Ricardo observa como son aprendidos. Empieza a vacilar sobre su misión, pero al recordar la pena de su madre, se decide y es recibido por la criada, exigiendo ver a su patrona (¿una secretaria con sirvienta? como no se la esté pagando su amante, se diria que antes este trabajo dejaba mucha lana). Ésta lo anuncia con malicioso deleite, perturbando a Olivia, quien no se lo esperaba. Baja a atenderlo, y Ricardo le dice saber que está al tanto de las relaciones ilícitas que sostiene con su padre. Ella replica que son cosas de adultos que él no podría entender, a lo que Ricardo responde poniéndose en la posición de su madre, quien sufre lo indecible ante el desprecio de su padre, después de haber abandonado las distracciones que antes la mantenían ocupada. Ricardo se pone a llorar, y conmueve el corazón de la mujer, haciéndole comprender su error al haberse involucrado con alguien no debía y destruir a su familia por su egoísmo. Le consuela diciendo que confíe en ella y todo se solucionará. Ricardo se retira, agradecido y ella encarga a su criada darle excusas a Rogelio cuando la llama por teléfono. Ricardo vuelve a casa, olvidándose de sus amigos, que estarán detenidos y sometidos al hambre por rehusarse a dar sus nombres. Esto lo hacen para no preocupar a sus familias, confiando en que Ricardo los sacará, pero pasan las horas y van perdiendo las esperanzas.
El señor Arcaraz llega a la casa de su amante, exigiendo una explicación del porque ha estado evitando sus llamadas. Ella le indica que todo ha terminado entre ellos, sin dar explicaciones y que regresará a su tierra natal, pero al ver la gorra que Ricardo dejó olvidada en la mesa de noche, Rogelio ata cabos. No le queda de otra más que aceptar la decisión de ella, y se despiden. Ricardo actúa natural frente a Mercedes durante la comida, cuando de pronto se acuerda de sus amigos. Empleando dinero que tenia ahorrado, saca lo suficiente como para pagar su fianza y la bicicleta arruinada. Los regresa a sus casas en la motoneta y al volver a la suya, descubre que su padre está esperándolo, visiblemente furioso. Lo pasa a su cuarto para hablarle a solas, y ahí le echa en cara por lo que ha estado haciendo al entrometerse en sus cosas personales, desafiando su autoridad como padre. Ricardo justifica que hizo lo que creyó que debía hacer, mas Rogelio no escucha razones e insiste en que se divorciará de todos modos y que él vendrá a vivir a su lado, le guste o no. Cuando éste se ha retirado, al poco rato lo escucha discutir con Mercedes, quien también insiste en que aunque le de el divorcio, no permitirá que le arrebate a su hijo. La situación es más de lo que Ricardo puede soportar, considerando que sus padres solo piensan en su propio orgullo y a él lo han reducido a un objeto. No viendo otra opción, toma una decisión determinante.
Pero en que consistirá la misma, se sabrá en la próxima ocasión.
En un canal de Youtube donde subian subian capitulos de memin, subieron la versión en sepia de un capítulo de esta parte y la novia del papá de Ricardo tiene el peinado diferente. Supongo que en ambos casos pusieron el peinado que estaba de moda entre las mujeres en ese tiempo.
ResponderEliminarDon Sixto fue muy ingenioso para considerar ese detalle al momento de redibujar todo.
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