Ernestillo comenta al respecto con su padre, mientras trabajan en la carpintería, recapitulando la extraña ocurrencia de “adelantar” de grado a un niño sólo para que no le hagan burla (¿y que va a aprender así? No tiene mucho sentido).
Se aproxima el Día de las Madres, y en el grupo de Memín, todos andan atareados, preparando lo que les regalarán a las suyas. Ernestillo construye un aeroplano para darle a su padre (todavía no se había creado el Día del Padre en aquel entonces, así que ante la ausencia de la madre, hay que celebrar al padre, que curioso). Carlangas ha fabricado un espejo para su madre y Memín una muñeca idéntica a Eufrosina. El negrito se pone a presumirle a Trifón su muñeca, pero éste no lo toma en cuenta, concentrando en hacer una casa de papel para su madre. Después trata de hacer lo mismo ante el maestro, quien sólo comenta que no es Miguel Ángel, de quien Memín no sabe absolutamente nada, pero igual le gustará a su madre lo que ha hecho por si mismo.
En su casa, Ricardo le ha dado el regalo a su madre por adelantado, imaginando que ella no podría ir al evento festivo en la escuela. Pero en realidad Mercedes ha decidido dejar sus compromisos de lado por esa vez, ansiosa por estar ahí para ver todo y convivir con las otras madres ricachonas.
El señor Arcaráz intenta persuadirla para que lo acompañe a atender unos asuntos, pero ella está empeñada en estar con su hijo ese día. No viendo otra opción, le confiesa que Ricardo sigue asistiendo a la escuela de gobierno y que la estuvieron engañando todo el tiempo. Ella empieza a hacer una escena, pero entre Ricardo y su padre la van convenciendo de dejar de lado sus prejuicios, y finalmente, acepta asistir al evento entre las madres humildes.
El resto de los números suceden fuera de cuadro para no cansar a los lectores demasiado, y siguen con la entrega de los regalos, que emocionan a las madres (y a los padres, como en el caso de Ernestillo), hasta las lagrimas. Ante la convivencia, Mercedes se convence de que no hay diferencia entre las clases sociales, asegurando que ya no se quejará de las amistades de Ricardo, lo que él agradece profundamente. Le dice que puede invitarlos a comer y Ricardo va a informarles de inmediato. Ernestillo acepta, pero primero tiene que ir al cementerio, para dejar unas flores en la tumba de su madre. Sus amigos deciden acompañarlo, y se les une Trifón, aunque a Memín le castre, atraido por el ambiente de los panteones.
Ricardo les paga el viaje en camión y pronto están adentrándose entre las filas de lapidas y mausoleos. Siendo tarde, se percibe una atmósfera lúgubre, que los pone muy nerviosos, en especial cuando Memín suelta una exclamación al asomarse al interior de una cripta. Salen corriendo, aterrorizados, sólo para que Memín aclare que no era una exclamación de miedo, sino de admiración, por la forma de unos candelabros, y que corrió creyendo que ellos habían visto algo. Se dan cuenta de que dejaron a Trifón adentro, y aunque Memín propone abandonarlo, insisten en buscarlo, no sin antes tacharlo como mal amigo. Lo encuentran sentado sobre unas tumbas, y al preguntarle si tiene miedo, el gordito alega que le encanta el ambiente tranquilo del lugar en el que la gente descansa. Se disponen a seguir su camino hacia la tumba de la madre de Ernestillo, pero Memín se entretiene hablando un poco más con Trifón, que pasa a hablar sobre la transición del alma y cosas así, que inquietan y asustan al negrito.
Sale corriendo y cae sobre el agujero abierto destinado a ser una tumba en el futuro. Creyéndolo “descansado”, Trifón procede a echarle tierra encima. Después de haber orado ante la tumba, sus amigos regresan y descubren lo que ha pasado. Consiguen reanimar a Memín y sacarlo de la fosa. Luego espetan que ha recibido su castigo karmico por haberle hecho algo similar a Trifón.
En la noche, todos pasan un tiempo agradable con sus familias. Memín y Eufrosina van al cine. Carlangas invita a Isabel a un restaurante, donde le dice que llamó para saludar a su abuela, pero ella volvió a mostrarse irritable y seca, a lo que su madre atribuye al puro egoísmo. Ernestillo y su padre comen en la calle, mientras él le comenta que en cuanto tenga trabajo y dinero, pagarán una mejor tumba para su madre (conformense con que no se encuentre en una fosa común).
Debería seguir con lo de Ricardo, pero como ese ya es el preámbulo del siguiente episodio, será para la próxima. Solo hay que decir que, además de introducir al personaje de Trifón, que continuamente servirá para mostrar el lado oscuro de Memín, aquí se ve la muestra más completa del Día de las Madres, una fecha que celebrarán con regularidad sin haber llegado al termino del sexto año. Es fascinante como transcurre el tiempo de esta realidad sin que logren pasar al año siguiente. Es eso o la necesidad de acentuar la importancia del Día de las Madres, que especialmente en México tiene mucha popularidad, siendo un rasgo característico que puede encarnarse en la revista.
Debería seguir con lo de Ricardo, pero como ese ya es el preámbulo del siguiente episodio, será para la próxima. Solo hay que decir que, además de introducir al personaje de Trifón, que continuamente servirá para mostrar el lado oscuro de Memín, aquí se ve la muestra más completa del Día de las Madres, una fecha que celebrarán con regularidad sin haber llegado al termino del sexto año. Es fascinante como transcurre el tiempo de esta realidad sin que logren pasar al año siguiente. Es eso o la necesidad de acentuar la importancia del Día de las Madres, que especialmente en México tiene mucha popularidad, siendo un rasgo característico que puede encarnarse en la revista.
Como vueia el tiempo, cuando paso todo lo de Carlos enfermo eran las vacaciones de verano y acaba con el dia de las madres, que es el 10 de mayo. Prácticamente se brincaron casi un año de trama.
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