sábado, 6 de agosto de 2011

Memín Pinguín #440-442

Por una confusión, Memín acaba uniéndose al ejército, para después de eso participar en un partido de soccer entre cuarteles, llevándolo a reunirse con sus amigos y embarcarse en una conveniente travesía que los deja justamente a tiempo para ver el inicio del Mundial en Sudáfrica. Y de vuelta en México, la sorpresa de sus vidas les aguarda (SPOILER: el gran “final” de la nueva serie).

Este es el arco final, la ultima aventura original de Memín, tras la cual esta revista es cancelada en definitiva (aunque nunca lo admitan). ¿Qué clase de historia es digna para dar por terminada toda una larga e ilustre trayectoria que ensombrecieron con sus tramas chafas y simplonas de la nueva época? ¿Pudieron hacerlo mejor o peor que nunca? Ustedes decidan.

Memín y Eufrosina regresan a casa, siendo recibidos por Arturo, un joven conocido que está de conscricpto en el servicio militar. Memín tarda en captar lo que significa el término de conscripto hasta que Arturo se lo deja en claro.
Una vez que éste se ha ido, el negrito inquiere a Eufrosina de donde lo conocen y al alegar ella que es casi de la familia, Memín ya anda insinuando lo peor, ganándose un buen jalón de orejas. Habiéndose calmado, Eufrosina tiene que guardar cama y Memín se compromete a cuidarla, pero el sueño lo vence y acaba despertando a la mañana siguiente, creyéndola muerta al hallarla dormida. Aclarado esto, Memín se apresura en prepararle el desayuno y después de comer, ella lo manda afuera a jugar con sus amigos.
Memín lamenta no encontrar a ninguno y se sume en una fantasía de futbol, pateando una lata, dando un tiro a gol que golpea en la cabeza a Arturo, que pasaba por ahí, descontándolo. La madre de Arturo, Doña Cata, aparece, demostrando estar bastante senil, confundiendo a Memín con su hijo enseguida y no le da oportunidad alguna de explicarse.
El negrito no tiene más remedio que seguirle la corriente y ponerse el uniforme de Arturo. Tras aguantarle un poco más sus dramas, sale afuera y Doña Cata tropieza con su hijo inconsciente, reaccionando con violencia, apaleando a Memín con un bate que sacó de quien sabe donde, ahora confundiéndolo con un asaltante. Memín echa a correr y choca con su superior militar, quien también lo confunde con Arturo y lo pone cortito al momento, incapaz de aguantarle sus sangronadas.
Avienta a Memín al camión con los otros cadetes, llevándolos hasta la base donde el negrito se ve obligado a responder por Arturo Maldonado. Nadie se extraña de que Arturo ahora esté más chaparro y su piel se haya oscurecido tanto (¿no tienen cerebro los militares o que?). Al acordarse de Eufrosina, Memín intenta correr a su lado, lo que es interpretado como intento de desertar, y le vale un arresto. Un cadete llamado Juan Pérez lo visita en la cárcel, creyéndose que de verdad se apellidaba Pinguín (y Memín no se creía tampoco que de verdad se llamará "Juan Pérez"). Le informa que al día siguiente lo sacaran de ahí para enviarlo a la guerra con los demás.
Por supuesto, con “guerra” se refiere a participar en un partido de futbol contra otro cuartel, lo que emociona un poco a Memín, acomodándose en su catre asignado, que no tarda en doblársele y ponerlo en una posición incomoda.
A la mañana siguiente, el superior lo saca de la cárcel y lo envía con los demás para dirigirse al partido. En el camino, el militar casi es atropellado por un taxi en el que viajaban los amigos de Memín y Arturo, para explicar el malentendido (aunque no se ve a Arturo dentro del taxi, se asume que va con ellos). Por lo visto, la parte en que se dan cuenta de lo que le ocurrió a Memín esta vez lo dejaron a imaginación del lector, porque no vimos en ningún momento nada que explicara esto (¿y porque tienen que ir los amigos del chaparro orejón a explicar en vez de su madre?). Presionan al taxista a que siga el camión con los cadetes, echando sobre un charco al superior que intentaba detenerlos.
Al llegar a la zona donde tendrá lugar el partido, Memín supone que será en un estadio cercano, pero en realidad será en una humilde cancha donde una barda servirá como vestidores, decepcionándolo. Luego piensa que usaran un balón oficial del Mundial para jugar, pero no es más que el premio para el equipo que gane.Los contendientes acuden, resultando un equipo compuesto por tipos demasiado fornidos, intimidando a Memín enseguida. El partido empieza sin aviso y Memín pronto se las ve negras, recibiendo un balonazo en la cabeza y todavía el arbitro lo obliga a traer el balón de vuelta o lo manda fusilar.
Memín tiene que sacarlo de unos rosales con espinas, y su trasero sale muy perjudicado en consecuencia. Entonces, sus amigos lo encuentran y dejan a Arturo (que rápido se pone el uniforme para jugar fut) para que tome su lugar. Arturo le regala el balón de premio a Memín en agradecimiento (¿de que? ¿usurpar su identidad y hacer ver como tontos a los otros del servicio militar que no se dieron cuenta? un enemigo podrìa infiltrarseles facilmente).
Sin más ni más, a Memín y a sus amigos les da por ponerse a jugar con el balón, convenientemente cercas de un puerto. El taxista al que no le pagaron por llevarlos, aparece justo después de que el balón cae dentro del barco. Memín va a buscarlo y sus amigos lo siguen, huyendo de la ira del taxista. Ahí se esconden hasta que el tipejo se aleja, pero el barco no tarda en zarpar y los descubren inmediatamente después.
Los marinos los corretean y en su afán de burlarlos, Memín le avienta el balón a uno de ellos, rebotando y cayendo sobre el sistema del curso de navegación, sin el cual no podrán llegar a su destino, quedando a la deriva hasta que milagrosamente den con Tierra. Los dejan encerrados y pasan varios meses (de un cuadro a otro… ¿y sin forma de comunicar a sus padres? deben estar más preocupados que nunca, pero en esta ocasión nos ahorran por completo ese drama familiar).
Finalmente, llegan a un lugar, y los marineros los liberan a los cuatro, agradeciéndoles, ya que el percance los ha dejado justo en Sudáfrica. Ellos no captan su alegría pero se sienten aliviados de poder tocar tierra, abandonando el barco y viéndose en dificultades para volver a su país. Encuentran a un niño nativo que vende collares, volviéndose su guía al permitirle servirles durante su trayecto hacia la capital en Johannesburgo. El nativo se emociona mucho y los cuatro tardan en entender la razón, divisando el cartel en un edificio cercano donde promocionan la Copa Mundial del 2010. Los amigos de Memín se proponen estar presentes en el partido de apertura, tardando un poco el negrito en acompañarlos al no entender en un principio que tenia de importante ese partido. Se dan cuenta de que no tienen dinero, mas el nativo ofrece pagarles el viaje él con lo que tiene ahorrado de su venta de collares, reanimando a los cuatro. ¿No habían aceptado ya que los guiaría un par de páginas atrás? ¿Y por què se alegraba de que lo dejaràn guiarlos? ¿Acaso no podrìa ir èl solo hasta allà?
El nativo (nunca dan su nombre) los guía hasta llegar a una parada donde pueden tomar el camión que los transportarà a la capital. Como no tienen suficiente dinero, los envían al techo, algo a lo que el delicado de Memín repela, fastidiando a sus amigos por ser tan comodino. Ricardo los amenaza para que se calmen cuando discuten, lo que a Memín y a Carlangas les cae en gracia, subestimándolo.
Como de costumbre, es Memín el que no sabe callarse, sacándolo de sus casillas e incitándolo a agredirlo, cayéndose del camión y encontrándose con un hambriento león. Desesperados, corren por sus vidas, apenas alcanzando al camión. Ricardo se sube por la escalera pero a Memín lo tienen que jalar en el ultimo momento, salvándolo de caer en las fauces de la bestia.
A Ernestillo le da por comentar que les falta mucho para llegar, haciendo que Memín lo cuestione sobre haber estado en África, admitiendo su amigo que no. ¿Están bromeando? ¡Ya han ido a África dos veces los cuatro (y la ultima fue parte de una las pésimas tramas de la nueva época, una de las peores que han hecho ¡no puede ser que hasta esa se les olvide!)!
El nativo les advierte que será un viaje de 14 horas, lo que molesta a Memín, quejándose sobre que tiene de importante el partido y ese mundial, que al cabo siempre es lo misma cosa (concuerdo). Sus amigos le contestan señalando lo especial que es ese mundial (mas no dicen porque) y la conversación se desvía hacia una sucesión de recuentos de mundiales pasados, que países han ganado y que jugadores han destacado más. Ya existen revistas dedicadas a esto ¿creen que a los lectores de Memín les importan un pimiento estos datos informativos de la historia de los mundiales? Así es, no soy aficionado al soccer (no como espectador, pero como deporte que hace bien practicar, lo apruebo).
Memín empieza, siguiéndole Carlangas y Ricardo. Memín aparenta ser un ignorante (incluso supone que México ganó el mundial de los setenta, y al aclararle que fue Brasil, se cambia de bando) pero después de que su amigo nativo cuenta su parte de la historia, el negrito denota saber más de lo esperado. Todo esto es súper irrelevante pero de por si el extraño giro que dio la historia ya se veía demasiado oportunista, así que no es de sorprenderse.
El camión por fin los deja en su destino, justo ante el estadio y tras bajarse (Memín se baja cayéndose, como de costumbre), se dirigen allá, pero luego se enteran que el partido de México Vs Sudáfrica es hasta mañana, por lo que tienen que juntar unos periódicos y acampar toda la noche.
A la mañana siguiente, unos reporteros que andan entrevistando a los aficionados los escogen, y en sus respectivos hogares, sus padres los ven por televisión, teniendo un efecto más fuerte en Eufrosina, quien se desmaya luego de que Memín le manda un saludo. Si sus hijos han estado perdidos por meses y en ningún momento se ve que les hayan avisado ¿Cómo es posible que los progenitores anden tan campantes viendo futbol por televisión? La preocupación les impediría hacer tal cosa, a menos que estén tan acostumbrados a sus escapadas, que ya ni les importe. Y algo más extraño aun ¿Por qué Eufrosina anda viendo futbol? Si está claro que para ella eso no significa nada sin su retoño a su lado. Por su propia voluntad, por ningún motivo me parece que andaría poniéndole a un partido estando sola en casa (y menos con su chamaco perdido).
En la entrada, los cuatro vuelven a decepcionarse por no tener dinero para pagar su acceso. El nativo trata de decir algo pero Memín se deja llevar por sus impulsos y entra corriendo, y sus amigos no tardan en imitarlo. El vendedor los sigue y trata de expulsarlos cuando ya han ocupado sus asientos y Carlangas lo descuenta en lo que echan a correr. Pronto los encuentra el padre de su amigo nativo, quien resulta trabajar en el estadio, demostrando que podía haberlos ayudado desde un principio si hubieran dejado hablar al niño (quien por cierto, alegaba que había estado trabajando para ir allá ¿Cómo es que su padre trabaja tan lejos y porque no se fue con él desde el principio?). El señor no se molesta en nada y ya los deja incorporarse a los espectadores sin problemas.
El aburrido partido tiene lugar pero lo pasan tan rápido que al cuadro siguiente ya están despidiéndose sin haber mostrado siquiera quien ganó (como dije, no soy aficionado, así que no sé quien ganó entre México y Sudáfrica y no me voy a molestar en buscar el dato ya que francamente me vale).
En el aeropuerto, mucha gente espera el regreso de la Selección Mexicana, así como los padres de Memín y sus amigos. El negrito corre a los brazos de Eufrosina, mas ella le advierte que nada lo salvará de una paliza (que tiene lugar fuera de cuadro).
Pasan los días y la vida de Memín vuelve a la rutina de siempre. Como siempre, le da pereza volver a clases (¿no dijeron que estuvieron ausentes por varios meses? ya ha de haber terminado el ciclo escolar ¡Memín y sus amigos están prácticamente reprobados!). Las clases acabn sin variantes, y al regreso Memín se anda quejando de sus amigos de cómo le choca ir a la escuela. Ellos le recuerdan que ahí se conocieron, dando pie a presentar algunos de sus mejores recuerdos como la pelea inicial entre Carlangas y Ricardo, el incidente en que la madre de Ricardo toma a Memín por un chango, y cuando Memín deja calvo a Ricardo mientras trabajaba de chícharo. ¿Cómo pueden recordar dos eventos de números clásicos junto con uno que fue parte de una de sus absurdísimas tramas nuevas no aprobadas por el fantasma de Doña Yolanda?
Al seguir recordando todo lo que pasaron, un viejito desconocido con turbante se les aparece sorpresivamente, exhibiendo su bola de cristal, presumiendo de poder revelarles su pasado. Como es de esperarse, los cuatro se burlan de sus palabras pero el viejo les insiste, indicando que puede mostrarles como se forjó su amistad y muchas cosas más (¡párale a tu carro! ellos mismos ya estaban acordándose, está claro que no lo necesitan).
Y así como así, los cuatro atolondrados se dejan convencer y permiten que les muestre su pasado en la bola de cristal (al aire libre en el parque, al menos no es tan sospechoso como su contraparte de la revista antigua que se los tenia que llevar atrás de una barda, sin testigos…). Embobado, Memín es el más cercano para la contemplar la sucesión de imágenes, remontándose al primer cuadro de Memín Pinguín #1.
Y lo que sigue, claro, es el anuncio para que los lectores esperan la próxima semana el relanzamiento de Memín Pinguín (Regresa) #1.
De este modo, un ciclo de ocho años desde que la revista de Memín a colores fue relanzada, concluye inesperadamente. Si, sabemos que merecía cancelarse desde hace mucho, pero… ¿no pudieron trabajarlo un poco mejor? Recurren a la misma basura de trama con un adivino que para acabar es menos convincente que el original. ¿Qué les pasa? ¿No pueden darle sólo un final, un final de verdad, por más chafa que sea, a la historia de Memín, en vez de meterse a estas pobres excusas para no admitir que han CANCELADO la revista? Editorial Vid nos ha decepcionado grandemente. Y todo indica que así lo seguirán haciendo (no pasan exactamente por una buena racha desde hace tiempo, Memín era de lo poco que les quedaba, y ahora son puras repeticiones de nuevo, pero no cabe duda de que es lo mejor que tienen).
Así que Memín Pinguín, la revista, ha llegado a su fin, pero todavía tendremos otros temas más de que hablar, así que esperen un poco y pronto podremos cerrar esto con broche de oro.

13 comentarios:

  1. Saludos.
    Me gustó mucho tu reseña del final de esta nueva versión de Memín. Yo lo leí en los ochenta por mucho tiempo, pero después la familia dejó de comprarlo y se me fue pasando el gusto. Muchísimos años después le dí una ojeada a un número en un puesto de revistas y lo primero que me decepcionó grueso fueron los dibujos, cuya calidad estaba muy, pero muy debajo de los originales del Sr. Valencia Burgos; compré uno y oh, que tristeza de historia me tocó leer en esa ocasión, ni al caso viene recordar cual es.
    Por mi papá sabía que el final era el de un mago que les decía el pasado y futuro, pero como te digo, nunca lo pude ver y buscándolo es que he llegado a tu espacio.
    Felicidades, está muy bien hecho (y)!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. De nada. Ha sido un placer hacer todo el replanteamiento de la historia, tanto por lo que significa para los nostalgicos como el denunciar esta insidiosa "renovación" que terminó condenando a la revista. Por cierto, en caso de que no lo hayas visto, tambien hice la reseña del final de la versión original al que curiosamente tuve acceso hace tiempo. Fue una buena jugada, a pesar de todo.

      Eliminar
    2. Gracias. Puedes de favor darme el link de esa reseña de la que hablas ?

      Eliminar
    3. No es necesario...ya lo encontré, gracias! :)

      Eliminar
  2. hola buenos días, quisiera saber como le puedo hacer para conseguir los números de memin pinguin, ya que la estaba coleccionando y de repente dejo de circular, que lastima porque es una historieta sana, que siempre deja un mensaje positivo, yo la leía de chica, mis hijos también la leyeron, y ahora quisiera que mis nietos también lo hicieran por eso la estaba coleccionando, de hecho ya empaste 100 números en 3 tomos quedaron muy bonitos, ojala volviera a circular, gracias.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La unica alternativa que se me ocurre es buscar en sitios de ventas o subastas los numeros restantes. Con las dos vueltas que le han dado a esos 442, si no es en esta, podria ser en la Ediciòn Homenaje que concluye recientemente). Una pena que deje de circular y que a la editorial no se le ocurra publicar ese tipo de ediciones empastadas (aunque si lo hicieron hace años yendose de 10 en 10 pero tambièn suspendieron). Buena suerte.

      Eliminar
    2. Hola, yo he visto ejemplares atrasados en el tianguis, principalmente donde venden revistas atrasadas

      Eliminar
  3. saludos

    recuerdo, que hace años hicieron lo mismo con la revista samuraii jonn barry, dieron un final apresurado , aunque me imaginaba que zumara moriria y partiria john barry de japon pues esta revista samuraii hesta basada en la novela de james clavell shogun .

    ResponderEliminar
  4. He tratado de ver el capitulo 83 y no puedo me pueden ayudar

    ResponderEliminar
  5. Yo por eso guardo todas las colecciones que tengo como oro en polvo

    ResponderEliminar