Carne de Ébano: Tercera Parte
Capítulos 41-60
Entramos a la historia de Bogar y Albert. Habiéndo pasado a la adultez, su solida amistad realmente parecía inquebrantable pero la manzana de discordia no tarda en presentarse en la forma de Elizabeth, una joven sin escrúpulos que complicará las cosas y arruinará por un rato toda la carga optimista que llevaba la trama.
Albert debe ir a estudiar en la universidad de Memphis, pero le pide a su padre que permita que Bogar lo acompañe por un tiempo, en vez de reintegrarlo a los esclavos que laboran el campo. Allá, son recibidos por Rester, prima de Don Estaban, y su hija Elizabeth, por quien Albert queda fascinado. Albert y Bogar (al que casi ni pelaron) aprecian sus atenciones antes de instalarse en la residencia estudiantil.
Albert comienza a asistir a clases y tiene un altercado con un grupo de revoltosos que se proponían a “bautizarlo” desnudándolo y echándolo a la fuente, pero Bogar lo defiende, poniendo en su lugar al líder. Albert es invitado a la fiesta de cumpleaños de Elizabeth y ella misma invita a Bogar para ganárselo al entender su peculiar relación con Albert. Bogar no quiere ir pero Albert lo convence y durante la fiesta, éste se olvida de él, por andar con Elizabeth. Bogar se regresa temprano, sintiendose completamente fuera de lugar, recibiendo luego a Albert, que viene pasado de copas.
Poco después, Bogar es aceptado por otros estudiantes con que se lleva Albert, debido a sus habilidades atleticas, convenciéndolo de representar a su universidad en las próximas competencias. El director manda llamar a Albert para avisarle que a Bogar no le permitirán participar por el simple hecho de ser negro. Albert se entristece y no sabe como decírselo a Bogar que se encontraba muy entusiasmado. Bogar acaba por deducirlo y confronta a Albert, acusándolo de ilusionarlo haciéndolo creer que pueden tratarlo como a una persona cuando su piel siempre será lo que todos verán. Tras haberse descargado, Bogar se echa una parranda, aliviando un poco su pena, y al día siguiente, Albert descubre que se ha marchado, dejándole una nota para aclarar todo.
Capítulos 41-60
Entramos a la historia de Bogar y Albert. Habiéndo pasado a la adultez, su solida amistad realmente parecía inquebrantable pero la manzana de discordia no tarda en presentarse en la forma de Elizabeth, una joven sin escrúpulos que complicará las cosas y arruinará por un rato toda la carga optimista que llevaba la trama.
Albert debe ir a estudiar en la universidad de Memphis, pero le pide a su padre que permita que Bogar lo acompañe por un tiempo, en vez de reintegrarlo a los esclavos que laboran el campo. Allá, son recibidos por Rester, prima de Don Estaban, y su hija Elizabeth, por quien Albert queda fascinado. Albert y Bogar (al que casi ni pelaron) aprecian sus atenciones antes de instalarse en la residencia estudiantil.
Albert comienza a asistir a clases y tiene un altercado con un grupo de revoltosos que se proponían a “bautizarlo” desnudándolo y echándolo a la fuente, pero Bogar lo defiende, poniendo en su lugar al líder. Albert es invitado a la fiesta de cumpleaños de Elizabeth y ella misma invita a Bogar para ganárselo al entender su peculiar relación con Albert. Bogar no quiere ir pero Albert lo convence y durante la fiesta, éste se olvida de él, por andar con Elizabeth. Bogar se regresa temprano, sintiendose completamente fuera de lugar, recibiendo luego a Albert, que viene pasado de copas.
Poco después, Bogar es aceptado por otros estudiantes con que se lleva Albert, debido a sus habilidades atleticas, convenciéndolo de representar a su universidad en las próximas competencias. El director manda llamar a Albert para avisarle que a Bogar no le permitirán participar por el simple hecho de ser negro. Albert se entristece y no sabe como decírselo a Bogar que se encontraba muy entusiasmado. Bogar acaba por deducirlo y confronta a Albert, acusándolo de ilusionarlo haciéndolo creer que pueden tratarlo como a una persona cuando su piel siempre será lo que todos verán. Tras haberse descargado, Bogar se echa una parranda, aliviando un poco su pena, y al día siguiente, Albert descubre que se ha marchado, dejándole una nota para aclarar todo.
Bogar regresa a la hacienda y Don Esteban le da el puesto de administrador debido a que ha llegado a estimarlo y a confiar en él. Bogar utiliza su posición para mejorar las condiciones de los esclavos, pero no tarda en ser confrontado por el rencoroso capataz, Henry, quien intenta atacarlo con insultos para recordarle su lugar. Bogar le da una lección azotándolo contra el suelo, dejándolo berreando y jurando venganza (nunca vuelve a aparecer en la historia).
El tiempo pasa y en las cartas que le envía Albert, Bogar es puesto al tanto del avance de sus relaciones con Elizabeth, lo que él no aprueba, recordando el desprecio acentuado que dirigía hacia su persona. Bogar conoce a Dydia, una joven mulata que vive cercas con su madre esclava, tomándole cariño al instante porque le recuerda a su madre, Yama, y a su vez, ella se enamora de él a primera vista.
Don Esteban decomisa a Bogar para recibir en su nombre a Rester y a Elizabeth que pasaràn algunos días en la hacienda para conocer el lugar. A Bogar no le hace gracia pero obedece, y tiene que soportar la actitud despectiva de las dos, desquitándose al tomar el control del transporte, conduciendo como loco rumbo a la hacienda. El martirio de Bogar continua cuando Don Esteban le ordena acompañar a Elizabeth a pasear a caballo. Finalmente, Elizabeth le expresa su desprecio abiertamente, al que Bogar corresponde con creces, irritándola con sus comentarios al grado de pegarle con su fuete. Bogar responde sacudiéndola violentamente y abandonándola ahí. Elizabeth queda impresionada por su carácter y decide no hacer ningún comentario del incidente, abordándolo más adelante en un pobre intento de reconciliación. Bogar persiste en despreciarla, alegando que no le importa que vaya con el chisme y ella se retira, indignada.
En sus cartas, Albert expresa su decisión de abandonar su carrera y casarse con Elizabeth, lo que Bogar y la vieja Katherine no aprueban, habiendo concordado en que Elizabeth y su madre son unas interesadas. Bogar continua simpatizando con Dydia, despertando celos en Elizabeth, que decide hablar con la mulata para asegurarse de que no hay nada entre ellos, aprovechando para burlarse del evidente amor que le tiene a Bogar, sintiéndose poca cosa para él.
Don Esteban realiza preparativos para una fiesta en nombre de Elizabeth, y ella aprovecha una oportunidad para hablar con Bogar y hacer las paces, pero él hace todo por rehuirla. Durante la fiesta, Elizabeth convence a Don Esteban de mandarlo llamar, tratando de acercarse más a él, pero es inútil. Bogar se sale y Elizabeth lo alcanza, siendo franca al revelarle la atracción que ha nacido entre ellos y le ofrece sus labios pero todo lo que recibe de Bogar es una bofetada. Bogar consigue alejarse y cumplir su promesa a Dydia de bailar con ella afuera de la fiesta, excusando estar cansado para dejarla en su casa al poco rato, mas no deja de pensar en Elizabeth.
Al día siguiente, Elizabeth espía a Bogar mientras se baña en el rio, y una vez que sale y se viste, vuelve a ofrecérsele. En esta ocasión Bogar se deja llevar y cae ante ella, sintiéndose pésimo en consecuencia.
El tiempo pasa y en las cartas que le envía Albert, Bogar es puesto al tanto del avance de sus relaciones con Elizabeth, lo que él no aprueba, recordando el desprecio acentuado que dirigía hacia su persona. Bogar conoce a Dydia, una joven mulata que vive cercas con su madre esclava, tomándole cariño al instante porque le recuerda a su madre, Yama, y a su vez, ella se enamora de él a primera vista.
Don Esteban decomisa a Bogar para recibir en su nombre a Rester y a Elizabeth que pasaràn algunos días en la hacienda para conocer el lugar. A Bogar no le hace gracia pero obedece, y tiene que soportar la actitud despectiva de las dos, desquitándose al tomar el control del transporte, conduciendo como loco rumbo a la hacienda. El martirio de Bogar continua cuando Don Esteban le ordena acompañar a Elizabeth a pasear a caballo. Finalmente, Elizabeth le expresa su desprecio abiertamente, al que Bogar corresponde con creces, irritándola con sus comentarios al grado de pegarle con su fuete. Bogar responde sacudiéndola violentamente y abandonándola ahí. Elizabeth queda impresionada por su carácter y decide no hacer ningún comentario del incidente, abordándolo más adelante en un pobre intento de reconciliación. Bogar persiste en despreciarla, alegando que no le importa que vaya con el chisme y ella se retira, indignada.
En sus cartas, Albert expresa su decisión de abandonar su carrera y casarse con Elizabeth, lo que Bogar y la vieja Katherine no aprueban, habiendo concordado en que Elizabeth y su madre son unas interesadas. Bogar continua simpatizando con Dydia, despertando celos en Elizabeth, que decide hablar con la mulata para asegurarse de que no hay nada entre ellos, aprovechando para burlarse del evidente amor que le tiene a Bogar, sintiéndose poca cosa para él.
Don Esteban realiza preparativos para una fiesta en nombre de Elizabeth, y ella aprovecha una oportunidad para hablar con Bogar y hacer las paces, pero él hace todo por rehuirla. Durante la fiesta, Elizabeth convence a Don Esteban de mandarlo llamar, tratando de acercarse más a él, pero es inútil. Bogar se sale y Elizabeth lo alcanza, siendo franca al revelarle la atracción que ha nacido entre ellos y le ofrece sus labios pero todo lo que recibe de Bogar es una bofetada. Bogar consigue alejarse y cumplir su promesa a Dydia de bailar con ella afuera de la fiesta, excusando estar cansado para dejarla en su casa al poco rato, mas no deja de pensar en Elizabeth.
Al día siguiente, Elizabeth espía a Bogar mientras se baña en el rio, y una vez que sale y se viste, vuelve a ofrecérsele. En esta ocasión Bogar se deja llevar y cae ante ella, sintiéndose pésimo en consecuencia.
Bogar recibe a Albert, enterándose de que ya es un hecho que planea casarse y botar los estudios, buscando varios argumentos para hacerlo desistir, mas él está demasiado enamorado de Elizabeth y sólo quiere estar con ella lo antes posible. Se realiza una fiesta por el regreso de Albert, aprovechando Don Esteban para anunciar su compromiso con Elizabeth. Bogar se ve obligado a bailar con ella por el mismo Albert que desea que empiecen a llevarse bien. El cinismo de Elizabeth no tiene limites, decidida a casarse y a la vez darle la vuelta a Albert con él, pero Bogar la amenaza con soltar la sopa, dándole un plazo para que invente una excusa, regrese a la ciudad y rompa el compromiso (como si le fuera a hacer caso).
En los siguientes días, Bogar hace lo posible por evitar a Elizabeth y a Albert, sumergiéndose en el trabajo, denotando un radical cambio de humor. Albert lo encuentra y le pide contarle sus preocupaciones, creyéndolo celoso por su relación con Elizabeth, temiendo que eso lo haga sentir relegado, haciendo que Bogar admita que no la soporta, mas no puede explicarle el porque. Albert y Don esteban deben ausentarse unos días por asuntos de la hacienda, dejando a Elizabeth al cuidado de Bogar. Ella no duda en aprovechar la primera oportunidad para meterse a su habitación, proponiéndole “salvar” a Albert huyendo con ella a donde puedan expresar su amor libremente. Bogar se enfurece ante tanta desfachatez y le da cachetadas antes de correrla. Dydia, que pasaba por ahí, divisa a Elizabeth, deduciendo lo peor.
A raíz de eso, Dydia desprecia a Bogar y se lo hace saber, sin darle tiempo de explicar luego de que él la abofeteara al acusarlo de meterse con la novia de su mejor amigo. Albert y Don Esteban regresan con noticias que Albert se apresura en ir a comunicar a Bogar, revelándole que descubrieron que su padre es el finado Charles Britz, que lo ha nombrado heredero universal de su hacienda y bienes. Para permitirle tratar el asunto como se debe, Don Esteban lo premia entregándole sus papales de libertad.
En los siguientes días, Bogar hace lo posible por evitar a Elizabeth y a Albert, sumergiéndose en el trabajo, denotando un radical cambio de humor. Albert lo encuentra y le pide contarle sus preocupaciones, creyéndolo celoso por su relación con Elizabeth, temiendo que eso lo haga sentir relegado, haciendo que Bogar admita que no la soporta, mas no puede explicarle el porque. Albert y Don esteban deben ausentarse unos días por asuntos de la hacienda, dejando a Elizabeth al cuidado de Bogar. Ella no duda en aprovechar la primera oportunidad para meterse a su habitación, proponiéndole “salvar” a Albert huyendo con ella a donde puedan expresar su amor libremente. Bogar se enfurece ante tanta desfachatez y le da cachetadas antes de correrla. Dydia, que pasaba por ahí, divisa a Elizabeth, deduciendo lo peor.
A raíz de eso, Dydia desprecia a Bogar y se lo hace saber, sin darle tiempo de explicar luego de que él la abofeteara al acusarlo de meterse con la novia de su mejor amigo. Albert y Don Esteban regresan con noticias que Albert se apresura en ir a comunicar a Bogar, revelándole que descubrieron que su padre es el finado Charles Britz, que lo ha nombrado heredero universal de su hacienda y bienes. Para permitirle tratar el asunto como se debe, Don Esteban lo premia entregándole sus papales de libertad.
Elizabeth se acerca para hacerle la propuesta a Bogar de nuevo, consiguiendo acentuar más su desprecio. Bogar parte para reclamar su herencia, y Elizabeth aprovecha su ausencia para provocar a Albert, convenciéndolo de adelantar la boda que iba a ser en un mes para que se lleve a cabo en una semana.
El proceso del notariado lleva días y Bogar desconfía de los blancos, considerando que es una broma para humillarlo, más al final lo convencen de que todo es legítimo y legal, haciéndole entrega de una carta que Britz le dejó, contando su historia con Yama y su profundo arrepentimiento por lo que le hizo, pagando en su terrible soledad. Bogar queda satisfecho y aliviado, pasando a visitar la hacienda, despidiendo al administrador y a los abusivos capataces. Un amigo de Don Esteban lo visita, proponiéndole que le venda la hacienda y demás propiedades, ya que no será bien visto que quedan en poder de un negro. Inicia una discusión que se suspende cuando el hombre comenta sobre la boda de Albert, haciendo que Bogar reaccione, tomando el caballo y apresurándose a volver a la hacienda para impedir que ésta se realice.
Bogar llega justo a tiempo y pide hablar a solas con Albert, decidido a contarle toda la verdad sobre su descarada prometida. Albert toma sus acusaciones como una infamia, arremetiendo a golpes contra él, pero al revelar Bogar que ella lo engañò con él, pierde la cabeza y le dispara, hiriéndole el hombro, acabando por aventarla la pistola a la cara al no quedarle más balas. La misma Elizabeth interrumpe y rápidamente improvisa, alegando que Bogar la acosaba y se aprovechó de ella.
El proceso del notariado lleva días y Bogar desconfía de los blancos, considerando que es una broma para humillarlo, más al final lo convencen de que todo es legítimo y legal, haciéndole entrega de una carta que Britz le dejó, contando su historia con Yama y su profundo arrepentimiento por lo que le hizo, pagando en su terrible soledad. Bogar queda satisfecho y aliviado, pasando a visitar la hacienda, despidiendo al administrador y a los abusivos capataces. Un amigo de Don Esteban lo visita, proponiéndole que le venda la hacienda y demás propiedades, ya que no será bien visto que quedan en poder de un negro. Inicia una discusión que se suspende cuando el hombre comenta sobre la boda de Albert, haciendo que Bogar reaccione, tomando el caballo y apresurándose a volver a la hacienda para impedir que ésta se realice.
Bogar llega justo a tiempo y pide hablar a solas con Albert, decidido a contarle toda la verdad sobre su descarada prometida. Albert toma sus acusaciones como una infamia, arremetiendo a golpes contra él, pero al revelar Bogar que ella lo engañò con él, pierde la cabeza y le dispara, hiriéndole el hombro, acabando por aventarla la pistola a la cara al no quedarle más balas. La misma Elizabeth interrumpe y rápidamente improvisa, alegando que Bogar la acosaba y se aprovechó de ella.
Don Esteban se les une y enseguida ata cabos, impidiendo que Albert mate a Bogar, acusándolo de haber traicionado su confianza al grado de ni merecer que se manche las manos. Le propina un trancazo y le ordena que se largue. Herido gravemente, por dentro y por fuera, Bogar obedece. Albert, Don Esteban y Elizabeth acuerdan guardar ese incidente en secreto y seguir adelante con la boda, disimulando lo sucedido cuando Rester irrumpe.
En su estado, el mulato no llega muy lejos, pero es encontrado por Dydia, quien a pesar de todo sigue enamorada de él y consigue ayuda para llevarlo a su casa y curarla por si misma. Una vez que Albert y Elizabeth se han casado, usando la mentira de que Bogar le robó dinero, Don Esteban lo manda matar, y la noticia llega a la casa de Dydia. Bogar, más o menos repuesto, se prepara para la huida, y Dydia se apunta para acompañarlo, decidida a estar a su lado siempre, conmoviéndolo sobremanera.
Sin muchos percances, Bogar y Dydia llegan a la hacienda, acomodándose en cuanto confirman que ya no quedan capataces y los sirvientes blancos han renunciado. Los días pasan y Bogar termina de recuperarse, enamorándose finalmente de Dydia, cayendo rendido ante su lealtad y cariño. La boda es prontamente realizada y Bogar invita a los esclavos a que se les unan, terminando con un discurso en que les devuelve su libertad a todos, dándoles la opción de quedarse y trabajar por una paga o irse a donde se les antoje.
En su estado, el mulato no llega muy lejos, pero es encontrado por Dydia, quien a pesar de todo sigue enamorada de él y consigue ayuda para llevarlo a su casa y curarla por si misma. Una vez que Albert y Elizabeth se han casado, usando la mentira de que Bogar le robó dinero, Don Esteban lo manda matar, y la noticia llega a la casa de Dydia. Bogar, más o menos repuesto, se prepara para la huida, y Dydia se apunta para acompañarlo, decidida a estar a su lado siempre, conmoviéndolo sobremanera.
Sin muchos percances, Bogar y Dydia llegan a la hacienda, acomodándose en cuanto confirman que ya no quedan capataces y los sirvientes blancos han renunciado. Los días pasan y Bogar termina de recuperarse, enamorándose finalmente de Dydia, cayendo rendido ante su lealtad y cariño. La boda es prontamente realizada y Bogar invita a los esclavos a que se les unan, terminando con un discurso en que les devuelve su libertad a todos, dándoles la opción de quedarse y trabajar por una paga o irse a donde se les antoje.
Los esclavos se avientan una pachanga que dura por días, descuidando sus deberes, pero resulta una etapa transitoria en lo que disfrutan de la libertad obtenida, volviendo pronto a levantar la producción de la hacienda. Bogar se complace de ver que las cosas marchan bien y Dydia aprovecha para incrementar su felicidad al comunicarle que está embarazada.
Metidas de pata y baches en la historia:
• Una vez que pasa el Capitulo 49, en vez de seguir con el 50, la numeración retrocede al 48, y así se mantiene (por lo que el total de capítulos de Carne de Ébano no es exactamente él que van marcando).
• En los Capítulos 46 y 57, en la página del resumen de lo anterior, ponen los diálogos en las escenas que no les corresponden.
Metidas de pata y baches en la historia:
• Una vez que pasa el Capitulo 49, en vez de seguir con el 50, la numeración retrocede al 48, y así se mantiene (por lo que el total de capítulos de Carne de Ébano no es exactamente él que van marcando).
• En los Capítulos 46 y 57, en la página del resumen de lo anterior, ponen los diálogos en las escenas que no les corresponden.
• El apellido de Don Esteban y Albert cambia a “Rublos” cuando originalmente era “Rueblos”.
• La hacienda de Britz heredada por Bogar es nombrada "Los Naranjos" cuando le mencionan que la ha heredado, pero en el Capitulo 60, ahora se llama “Del Roble”.
• En el Capitulo 60, Dydia menciona haber sido esclava, pero en ningún momento denota que haya sido así, considerando que sólo trabajaba para pagar la libertad de su madre (y como apenas tenia 15 años no hay forma de que ejerciera de esclava, habría tenido que ser una niña).
• La hacienda de Britz heredada por Bogar es nombrada "Los Naranjos" cuando le mencionan que la ha heredado, pero en el Capitulo 60, ahora se llama “Del Roble”.
• En el Capitulo 60, Dydia menciona haber sido esclava, pero en ningún momento denota que haya sido así, considerando que sólo trabajaba para pagar la libertad de su madre (y como apenas tenia 15 años no hay forma de que ejerciera de esclava, habría tenido que ser una niña).
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